Es poco el tiempo el que llevo en esto de emprender, pero intuía que la burocracia iba a ser grande, que de vez en cuando tendría que ir a hablar con el fisco o con cualquier otro ministerio, pero lo que yo no me esperaba es que esto iba a ser un continuo ir y venir a edificios oficiales.

Es cierto que soy de ciencias y las ramas de letras me quedan un poco lejos, por eso puede ser que esa sintaxis y terminología queden fuera de mi alcance y no comprenda del todo bien lo que me piden en los escritos. Pero creo que no es descabellado indicar en las circulares la documentación necesaria para justificar algo y así evitarnos tres paseos antes de presentar la documentación necesaria. Tampoco hablaremos de falta de comunicación entre distintos ministerios y de la exclamación que emite todo funcionario al hacerle tal observación; siempre responden algo así "¡Pero si eso es de otro ministerio!", como si otro ministerio fuese otro país. Y no hablo de cosas que para un funcionarío sería impensable como realizar funciones que no les competen, sino algo tan sencillo como contrastar información, con el consecuente ahorro energetico para el implicado.

De lo que yo me asombro y me quejo, es de la excusa de mi última citación para asistir a un edificio gubernamental... ¡una inspección de trabajo! ¿De verdad? ¿Una inspección de trabajo a una persona que se ha dado de alta hace un mes escaso?, ¿A una persona que todavía tiene humeante el cobro de la primera cuota de la seguridad social?. Increible, esto me hace pensar que la crisis está haciendo más daño de lo que parece al gobierno, que todos los ministerios andan como locos por encontrar algo de financiación extra, si sonase la flauta en mi caso podrían reclamarme hasta 6025 €, ¿No es de locos? Si por cualquier cosa no recibo la carta, en la que me citan para dentro de una semana me reclamarían la desorbitada cantidad indicada. Más de lo que he facturado hasta el momento. Debe ser una de las medidas anti crisis del gobierno, ahogar a las empresas con inspecciones para poder disponer del dinero que luego se dará a los bancos para que estos a su vez lo presten a las empresas aplicandoles un interes.